La emergencia sanitaria a causa de la COVID-19 modificó la vida de todas las personas, actualmente vivimos una nueva normalidad en la que los niveles de ansiedad han aumentado, lo cual es beneficioso para el ciberdelincuente, quien aprovecha el miedo para hacer de las suyas.
Desde el comienzo de la emergencia se han conocido casos de estafa en el que los ciberdelincuentes envían mensajes a nombre de organizaciones y entes gubernamentales en el que informan sobre equipos de protección personal o sobre la aplicación de la vacuna, muchas personas por su afán de evitar contagiarse de este virus creen en esos mensajes y sin pensarlo dan su información personal o pagan un dinero por algo que no van a recibir.
Lo anterior se ve reflejado en el aumento en frecuencia y gravedad del ciberdelito, se estima que en 2021 se puede alcanzar los 6 billones de dólares en pérdidas.
¿Qué se necesita para que exista un delito cibernético?
Que haya 3 factores: víctima, motivo y oportunidad, los ataques pueden ser sofisticados u oportunistas. Los primeros van dirigidos a víctimas específicas, a diferencia de los segundos que seleccionan a sus víctimas en función de su susceptibilidad, el ciberdelincuente provecha la distracción, el pánico y otros factores humanos (trabajo a presión, fatalidades y catástrofes) para atacar.
Estos son algunos datos importantes del modus operandi del ciberdelincuente:
*Lanza un phishing que es una campaña por correo electrónico en el que les pide a sus víctimas que descarguen un archivo.
*En ese email envía el malware (que al ser abierto actúa como vehículo de fraude financiero).
*Para aumentar el éxito de la campaña de phishing, suplanta a entidades gubernamentales, aprovecha eventos y anuncios clave para elaborar y diseñar cuidadosamente la campaña.
*Esta campaña incluye elementos que aprovechan la ansiedad de su receptor para que caiga en el engaño.
El ciberdelincuente vio una oportunidad en esta nueva realidad, en la que se debe trabajar desde la casa, se disminuye las interacciones sociales, la actividad física y aumenta el miedo sobre el futuro, todo esto produce en las personas ansiedad y estrés, lo cual los hace vulnerables a un ciberataque.
Nuestro consejo es revisar y validar muy bien los mensajes que recibimos, no actuar de forma impulsiva sino consiente y segura; esta es una de las mejores herramientas para que el ciberdelincuente no logre su cometido.