Todos conocemos sobre honestidad, pero ¿qué es y cómo la debemos aplicar en nuestra cotidianidad para promover una cultura ética en la sociedad?
La honestidad es un valor o cualidad propia de los seres humanos, que se relaciona con los principios de verdad, justicia e integridad moral. Esta cualidad no solo tiene que ver con la relación de un individuo con otro u otros, sino que también se establece que un sujeto es honesto cuando tiene un grado de autoconciencia significativo y es coherente con lo que piensa.
Lo contrario de la honestidad es la deshonestidad, asociada con la corrupción, el delito y la falta de ética. Se establece que la honestidad está compuesta por diferentes posiciones, que según sea el caso se pueden adquirir mediante: la familia, principal educador de pilares en la sociedad; la enseñanza, reforzada mediante el aprendizaje en las aulas; y el contexto social del individuo.
Algunos datos para reflexionar sobre la situación en Colombia:
*El hurto es una de las situaciones que más afecta y preocupa a las organizaciones, de acuerdo con el informe de Seguridad de Alto Rendimiento de Accenture, realizado en el 2015, las violaciones a las normas suelen provenir de personas malintencionadas en el interior de la empresa que representa un 43% de la población activa en estas organizaciones.
*Transparencia Internacional dio a conocer los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) para el 2020. En esta edición, Colombia obtuvo una calificación de 39 puntos sobre 100, donde 0 significa corrupción muy elevada y 100, ausencia de corrupción.
*Colombia se ubica en el puesto 92 entre 180 países de los países en los que la corrupción más afecta al sector público y privado. Esta calificación es realizada a partir del análisis de ocho fuentes que miden la percepción de analistas, académicos e inversionistas extranjeros.
Muchos casos pueden ser ejemplos de deshonestidad, lo cual genera desconfianza, corrupción, criminalidad y desigualdad en las personas, efectos que inhiben el emprendimiento y la inversión que requiere una sociedad próspera y sana.
¿Qué podemos hacer para promover la honestidad?
Por esto, es importante trabajar por una cultura honesta, en la que podamos distinguir entre lo honesto y lo deshonesto, en la que aprendamos a actuar acorde a nuestros principios y con discernimiento.
Así mismo debemos:
*Fomentar la cultura de valores aplicados en todos los ámbitos de la sociedad, realizar durante la niñez ejercicios encaminados al discernimiento de problemas que se puedan presentar a futuro.
*Aceptar las problemáticas como un cúmulo de factores que se desprenden uno del otro, y a partir de este análisis proponer soluciones y posibles reacciones ante diferentes contextos (anticiparse).
*Desarrollar el hábito de reflexionar sobre las decisiones que se toman.
*Instruir a las personas desde etapas primarias en el desarrollo de la personalidad en decisiones y acciones en la vida.
Juntos podemos transformar a la sociedad en una más honesta, en nuestras manos está recuperar la confianza hacia Colombia.